La leishmania es un parásito que afecta al sistema inmunitario del perro, cuyas consecuencias pueden ser muy graves.
Desgraciadamente, la totalidad de los propietarios de perros hemos oído hablar de la leishmania y de la enfermedad que provoca, la leishmaniosis. Sin embargo, han cambiado mucho las cosas desde que esta enfermedad apareció en España con su fuerza letal, ya que se ha pasado de tener que practicar la eutanasia a la gran mayoría de los afectados a conseguir que la prevención y los tratamientos les den una seguridad sanitaria muy elevada.
PREVENCIÓN
La leishmaniosis es una enfermedad que puede afectar a cualquier perro en cualquier parte de España, por lo que se debe hacer todo lo posible para poner medios preventivos, y para ello nadie mejor que nuestro veterinario.
Las pautas preventivas varían según el tipo de animal, su rutina diaria, su estilo de vida, así que se debe adecuar el armamento preventivo a sus circunstancias particulares.
Antiparasitarios externos: existe multitud de productos. fármacos, presentaciones y formulaciones que previenen en distinta medida la picadura del mosquito transmisor de la enfermedad; cuanto mejor sea la combinación para nuestro animal, más se reduce el riesgo de infestación. Eso sí, hay que tener muy presente que es imposible asegurar al completo la efectividad.
Vacunación: cuando el mosquito transmisor inocula el parásito a pesar de la primera linea defensiva otorgada por los antiparasitarios externos, si no existe vacuna en el organismo del animal, este debe luchar con sus recursos, y, desgraciadamente, pierde la batalla. La vacuna es una vía más para actuar contra la potencial entrada de la enfermedad, pero es importante tener en cuenta que su efectividad tampoco es total, por lo que un animal vacunado puede adquirir la enfermedad, y además la vacuna tiene una serie de efectos adversos, sobre todo en perros de raza pequeña, con lo que la vacunación en estos perros no es muy aconsejable. Para estos perros de raza pequeña existe un jarabe antiparasitario que es más recomendable para prevenir la enfermedad.
Control analítico: todos los perros, sin excepción, deberían ser controlados analíticamente una vez al año para detectar un posible infestación de leishmania. Se trata de una sencilla prueba que indica si sigue libre de la enfermedad o si se tiene que aplicar el tratamiento oportuno. Cuanto antes se diagnostique el problema mejores resultados dará el tratamiento.
Tratamiento
Para tratar la leishmaniosis se ha pasado de no poder hacer nada con los animales enfermos a conseguir que la práctica totalidad de los que son diagnosticados a tiempo tengan una excelente vida y no mueran por causa de esta enfermedad.
Como en la mayoría de las patologías, no existe un «tratamiento único», sino que el veterinario valorará el estado general del animal según el resultado positivo de la analítica, cuáles son sus afecciones principales y si existe algún órgano que haya sufrido de forma principal el ataque.
Un diagnóstico precoz de la leishmaniosis permite instaurar el tratamiento adecuado antes de que los daños sean irreparables.
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