El calor en los perros. ¿Qué precauciones debemos tener?

El calor en los perrosLa subida de las temperaturas afecta a los perros de forma diferente a como lo hace en los humanos, y debemos de tener una serie de puntos en cuenta para que no ello no altere su comportamiento y/o salud.

 

En primer lugar, el organismo de los perros no está tan provisto de glándulas sudoríparas como el de las personas. Por lo que su método para regular su temperatura corporal es el jadeo (sacando la lengua) y las almohadillas plántales, cuya parte del cuerpo es la única del perro capaz de transpirar de forma semejante a como lo hacemos nosotros. Es decir, los perros no sudan por el resto del cuerpo, como si lo hacemos nosotros.
A este organismo, previsiblemente peor preparado para soportar fuertes calores que la de los humanos, hemos de sumar el hecho de que según la raza aumentarán los riesgos. Perros de pelo largo y/u oscuro, de morro corto, o mayores, con sobrepeso o cachorros serán más propensos a sufrir los efectos del calor. Por ello debemos vigilarlos más de cerca.

Los factores de riesgos a los que se enfrentan son:

 

El golpe de calor, es quizás, el riesgo más importante. La temperatura corporal del perro oscila entre 38.5 y 39 grados, y el golpe de calor se produce cuando supera los 42.
Los efectos son pérdida de glucosa, sales minerales, aumento del jadeo, de la frecuencia cardíaca, tambaleo y temblores musculares.

 

Como prevenir los golpes de calor en los perros:

  1. Evitar dejar el perro encerrado en sitios sin ventilación (coche, terrazas sin ventilar, etc).
  2. Si es imprescindible dejarlo en el coche, han de ser pocos minutos y con las ventanas semiabiertas.
  3. No dar largos paseos bajo horas de máxima calor.
  4. Disponer siempre de agua fresca con la que pueda beber y refrescarse. En nuestra tienda podrá encontrar bebederos portátiles. Se debe evitar que beba agua salada si estáis paseando por la playa.
  5. Si el perro lleva bozal, ajustárselo de forma que pueda sacar la lengua cómodamente. Recuerda que es su sistema de regulación de temperatura.
  6. Darle de comer a primera hora o a última del día, para evitar que realice la digestión durante el paseo.
  7. Buscar lugares con sombra para pasear, parques, zonas de bosque y similares.

 

En cuanto a los paseos, si solemos ir por zonas urbanas con asfalto debemos tener en cuenta que el asfalto puede llegar a abrasar a horas de máxima calor en verano.
Piensa que nosotros disponemos de calzado, pero sus patas, barriga y otras partes vulnerables de nuestro perro están desprotegidas y puede llegar a provocarles quemaduras.
Si observa que evita estirarse, camina rápido o busca zonas sombreadas le está intentando decir que el suelo abrasa. Prueba a tocarlo con la mano para hacerse una idea de la temperatura que debe soportar su perro.

 

Fuente: Resumen del artículo de Javier Rodriguez, publicado en la revista mensual de Especies, nº 145.

Jonathan

Soy Jonathan Gómez, CEO de Petirrojo.

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