Perros de presa: más allá de la mala prensa

Perros de cazaCada poco tiempo volvemos a encontrarnos la misma noticia en los medios de comunicación: personas, especialmente niños, atacadas por perros, y una vez más vuelve a surgir la alarma: ¿de quién es la culpa?.

Por lo general, los dueños son señalados como culpables por parte de los expertos y defensores de los animales; claro que la Administración tampoco ayuda, ya que la ley de 1999 sigue presentando numerosas lagunas. Es evidente que los microchips, la obligatoriedad de una licencia (y un certificado anual de aptitud) y el seguro de responsabilidad civil de más de 120.000 euros no son, en algunos casos, elementos suficientes.

Diversos especialistas en adiestramiento y comportamiento de mascotas, como Guillermo Elzo, señalan que si bien la raza influye en el carácter general del animal, ésta no es el factor determinante… y en principio es cierto. Aún así, la ley contempla, desde el año 2002 (Real Decreto 287/2002, de 22 de marzo, que desarrolla la Ley 50/1999), ocho razas consideradas peligrosas:

  • Pit Bull Terrier
  • Staffordshire Bull Terrier
  • American Staffordshire Terrier
  • Rottweiler
  • Dogo Argentino
  • Fila Brasileiro
  • Tosa Inu
  • Akita Inu

Algunas comunidades, por su parte, han añadido más. En la Comunidad Valenciana la lista contiene hasta 14 nombres, incluyendo el Presa Mallorquín, el Presa Canario, el Doberman o el Mastín napolitano, entre otros. En Galicia nos encontramos al Bullmastif o Dogo de Burdeos y en Cantabria, al Boxer. Los cruces y las mezclas entre ellos también se contemplan, así como aquellos perros que hayan agredido a una persona o animal o hayan mostrado comportamientos muy agresivos.

¿Qué son perros potencialmente peligrosos?
1º. Los que pertenecen a las siguientes razas y sus cruces: PitBull Terrier, Staffordshire Bull Terrier, American Staffordshire Terrier, Rottweiler, Dogo Argentino, Fila Brasileiro, Tosa Inu y Akita Inu. 

2º. Todos los perros que NO pertenezcan a las razas anteriores pero sí cumplan todas o la mayoría de las siguientes características:

  • Fuerte musculatura, aspecto poderoso, robusto, configuración atlética, agilidad, vigor y resistencia.
  • Marcado carácter y gran valor.
  • Pelo corto.
  • Perímetro torácico comprendido entre 60 y 80 cm, altura a la cruz entre 50 y 70 cm y peso superior a 20 kg.
  • Cabeza voluminosa, cuboide, robusta, con cráneo ancho y grande y mejillas musculosas y abombadas. Mandíbulas grandes y fuertes, boca robusta, ancha y profunda.
  • Cuello ancho, musculoso y corto.
  • Pecho macizo, ancho grande, profundo, costillas arqueadas y lomo musculado y corto.
  • Extremidades anteriores paralelas, rectas y robustas y extremidades posteriores muy musculosas, con patas relativamente largas formando un ángulo moderado.

3º. Todos aquellos animales que hayan protagonizado ataques a animales o personas con anterioridad o que muestren un carácter marcadamente agresivo. Siendo certificada tal condición por un veterinario autorizado por la autoridad competente.

En definitiva
Está claro que actualmente existe un grave problema de base, y es la cría sin control de estos animales, pues en la mala selección de ejemplares no se busca el equilibrio de los instintos, siendo el resultado la existencia de perros problemáticos ya desde sus primeras semanas de vida. Si sumamos esto a la inexperiencia e inconsciencia de los futuros propietarios tenemos una bomba de relojería, que puede explotar en cualquier momento, manifestándose con el incipiente incremento del número de ataques.

Todos estos problemas pueden corregirse con unas nociones básicas sobre etología o adiestramiento, previo a la adquisición de un animal. Esta es una labor de todos: de los criadores concienciados, de la legislación, penalizando este tipo de actividades ilegales, y de los profesionales de la salud de estos animales: los veterinarios, una pieza clave como apoyo y guía a los propietarios orientándolos y ayudándolos a mantener la salud mental y el equilibrio de sus perros.

Por ello, es importante concienciar a la sociedad de que el peligro no está en los perros, sino en sus dueños: Punish the deed, not the breed (castiga las acciones, no las razas)

 

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